José, un amigo que padece ceguera, nos visitó durante toda una mañana y nos ayudó a comprender mejor cómo viven las personas que no pueden ver.
Pudimos aprender su manera de escribir, de jugar a juegos cotidianos, el uso de su teléfono móvil, como cocina y muchas cosas más que hacen que su vida sea más fácil.
Un auténtica experiencia de vida que siempre nos quedará en el recuerdo y en los corazones.
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